Sociedad
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Pero queremos poder elegir a placer

En 1932, Aldous Huxley publicó Un mundo feliz, una novela corta en la que se narra la historia de un mundo controlado por la tecnología y la eficiencia; donde el nacimiento de los niños es mediante la decantación de gametos y dependiendo del tratamiento que reciban, llegarán a ser un tipo de adulto u otro.
Este sistema permite crear cientos de personas clónicas destinadas a hacer labores inducidas por electroshock o hipnosis mientras son bebés. Pues bien, Huxley acertó. No en todo, obviamente; pero sí hizo una labor de imaginación y proyección futura que se parece mucho a nuestros días. En la novela, las características de los bebés pueden elegirse, y además, se elige cuando nacen e incluso sus preferencias personales. La gestación subrogada recuerda en cierta manera a este libro. Es un proceso que últimamente está en boca de todos y crea una gran controversia debido a la reciente propuesta de Ciudadanos de legalizarlo mediante una legislación.
Para poder analizar a fondo este conflicto, hay que tener claro qué es la gestación subrogada y lo que implica. La gestación subrogada (o vientre de alquiler) es una técnica de reproducción asistida por la que una mujer accede a gestar el hijo de otra persona o pareja; se crean embriones mediante fecundación in vitro y se transfieren al útero de la gestante. Las opiniones a favor y en contra son abundantes, y aunque todas tienen parte de lógica, están enfrentando ideológica y moralmente a la población.
Por un lado, es cierto que ofrece una oportunidad de ser padres a aquellas parejas que por unas causas u otra, no pueden tener hijos de forma biológica; es el caso de las parejas homosexuales o padres solteros, pero también de parejas en las que una de las dos personas es infértil. También es más rápido y “sencillo” que un proceso de adopción, que a lo mínimo necesita 5 años de gestión y burocracia. Aunque ofrece soluciones factibles, este proceso no deja de poner en juego varias variables que no son estables y pueden dar problemas de todo tipo: legales, económicos, psicológicos…
Por otro lado, es un proceso muy caro, por lo que sólo una reducida parte de la población tendría acceso a ella, además de que para realizarla, la pareja probablemente tenga que desplazarse a un país donde el proceso sea legal, aumentando aún más la carestía de esta técnica. Además, pueden surgir mil complicaciones con la gestante: lleva en su vientre un bebé de otras personas (legalmente) al que con suerte podrá ver después del parto, al ser un comercio son los clientes los que eligen y los que pueden decidir finalmente no querer hacerse cargo de ese bebé, puede haber complicaciones en la gestación o parto; e incluso los padres pueden decidir que no quieren ese bebé porque ha nacido con una discapacidad.
La gestación subrogada al igual que otros muchos temas tabú de la vida española; no tiene una fácil solución, porque se trata de vidas de niños y niñas que son quitados de su madre biológica, sea cual sea el contrato firmado. El verdadero problema viene por el conflicto ético y moral que supone legalizar este proceso, al igual que ocurre con las drogas, las armas y la prostitución.
Las posibles soluciones son blanco o negro, porque en este caso la escala de grises o es muy difícil de ver o ni siquiera existe. De momento y sí que sería factible, es agilizar los procesos de adopción, pues una pareja que desee adoptar tiene la misma ilusión de tener un hijo que aquella otra en la que la mujer lleva tres meses de embarazo; y si bien es cierto que hacen falta unos requisitos para adoptar, ¿acaso no sería justo que absolutamente todas las parejas o personas fueran sometidas a las mismas pruebas?

Pero queremos poder elegir a placer. […] permitimos que hasta un 30% de embriones hembra se desarrollen normalmente. El resto son decantados como hermafroditas, completamente normales en su estructura […] pero son estériles. Con una esterilidad garantizada. Lo cual nos permite dejar de imitar servilmente a la naturaleza para adentrarnos en el mundo de la invención humana.

Aldous Huxley. Un mundo feliz (1932)

 

Claudia Nieto (2ºBach.)

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