Month: febrero 2018

La cuna desierta

Tras el quieto silencio: “un llanto”, un agujero frío, húmedo, yerto… solitaria arropa con su manto, la quebrantable lápida: un recuerdo.   Una vida corta, una esperanza el último aliento en tu cuna desierta un vacío repleto de añoranza te marchaste dejando aquella puerta abierta.   Ahora, olvidado, siento tu llamada brotar de la tierra, voz del pasado, apuñalando mi pensamiento como espada, no eres un nombre más que se ha borrado.   A este antiguo sepulcro abandonado cuyo arbusto que nace impide distraerte, le dedico estos versos que se han creado desafiando el olvido de la muerte.   Autora: Vera Vilches  

Ella bailaba

Ella bailaba, simplemente no paraba de bailar, de moverse; de vivir. Ella bailaba, y con ella sus pensamientos revoloteaban por el aire, el cielo y las nubes, formando constelaciones de sueños, danzando al son de su ritmo, esperando el momento idóneo para ser perseguidos por su dueña. Ella bailaba, encantaba al mundo con su movimiento, agitaba las mentes de unos y despertaba los recuerdos de otros. Mientras bailaba, llenaba de flores el jardín de su mente. Las cuidaba. La regaba. Le gustaba verlas crecer, pero aun así, no era lo que más la preocupaba. Ella bailaba, y sus flores sacudían sus tallos, dejando libres sus pétalos al viento, sin preocupación alguna, ajustando sus hojas al movimiento. Otoño. Época de disfraces, botas de agua y charcos. La niña desliza sus pies por el barro. Relevé, plié, développé y grand jeté; bailando las hojas empezaron a caer. Una, dos, tres piruetas. Las primeras flores caen muertas dentro de su cabeza. Ella bailaba, mientras las flores se volvían marchitas, no se rendía, no paraba, estiraba sus manos como …