Narrativa
Deja un comentario

Diario: Salvador Dalí

Febrero de 1929:

Hace unos años, mi gran amigo Joan Miró me dijo que debería ir a la gran capital francesa para así descubrir mundo y lanzarme al estrellato. A pesar de todo, durante este tiempo, no he sido capaz de dar ese paso.

Estos últimos meses, la relación con mi familia ha empeorado muchísimo, lo que ha hecho que ya no me sienta a gusto en mi hogar. Aparte, me encuentro estancado en la pintura y el personaje que vive en mi interior poco a poco se va desvaneciendo. Esta situación, me ha llevado a  reflexionar y me ha hecho darme cuenta de que ha llegado la hora de cambiar el rumbo de mi vida y de seguir el consejo que Miró me dio. Así pues, voy a dejar atrás el lugar en el que me he criado y me voy a mudar a París.

Sinceramente, no sé qué me depara el futuro. Solo espero que, en la ciudad del amor, pueda salir de la crisis en la que estoy metido ahora mismo y pueda encontrarme a mí mismo, de nuevo.

Septiembre de 1929:

Ya llevo en París unos cuantos meses. Ha sido una época muy intensa, en la que he estado descubriendo al personaje de mis adentros. Me siento mucho mejor y creo que, poco a poco, voy encontrando mi forma de lenguaje, mi expresión, mi estilo… 

Así también, mis creaciones y pensamientos se están haciendo reconocidos entre las calles parisinas y el grupo surrealista ha entrado en contacto conmigo. Por ahora, estoy muy contento por participar en este colectivo, pues me está brindando oportunidades tan exuberantes como inquietantes, que me están ayudando a mejorar como artista y persona. 

Sí que es cierto que, durante este tiempo, mi motivación ha sido una mujer única, que he conocido hace poco. Es llamada Gala y posee algo, que hace que mi mente se aloque y fluya como nunca antes me había pasado. Sin embargo, tengo que mantenerme centrado, pues ahora mismo mi trabajo en el grupo es mi única prioridad y no quiero ocasionar conflictos con mis compañeros.

Agosto de 1934:

Llevo en el grupo surrealista más de cinco años. Cinco años, que han sido estrambóticos para mí. He evolucionado en todos los sentidos y me he vuelto una gran influencia en el surrealismo, por no decir la máxima. A pesar de todo, estos éxitos han empezado a ser motivo de envidias para mis compañeros. Sinceramente, no me siento bien con ellos en el grupo y creo que se están planteando mi expulsión definitiva. Aun así, no estoy preocupado por ello, pues me he dado cuenta que mi locura e innovación no necesita ningún colectivo para destacar.

Por otro lado, Gala se ha vuelto definitivamente mi musa, mi amor, mi inspiración, mi todo. Gracias a ella,  he cogido las riendas de mi vida y me he dado cuenta que ningún obstáculo podrá frenar mi carrera profesional . Ahora sé, que pase lo que pase, siempre estaré junto a ella y seré mi mejor versión.

Marzo de 1935: 

Mi vida es un caos, y aunque es el caos más bonito que jamás he podido experimentar, siento que me falta algo. 

Desde que me expulsaron definitivamente del grupo surrealista y trabajo por mi cuenta, mi vida va viento en popa. No obstante, mi hogar y mi familia siguen estando presentes en mi consciencia desde el día que me fui.  Y, por mucho que lo intente, no soy capaz de sacarlos de mi memoria. 

Lo he estado pensando y, aunque soy un hombre contradictorio y paradójico, me he dado cuenta que tengo que reconciliarme con ellos. Así pues, he decidido que voy a volver a mi casa, durante una temporada, para acabar con las pocas espinas clavadas que me quedan y así sentirme en paz del todo.

Junio de 1940:

Estos años en París han sido una etapa importantísima en mi vida. Me han ayudado a encontrar mi persona y la carrera profesional que quiero seguir. Así también, me han llevado a arreglar la relación con mi familia y a rodearme de las personas que merecen verdaderamente la pena. 

Gracias a ellos, me siento mejor que nunca y cada mañana cuando me despierto, experimento de nuevo un placer supremo: el de ser Salvador Dalí. 

Actualmente, Gala y yo estamos viviendo en Estados Unidos. En este lugar, he alcanzado mi total consagración a nivel artístico y he entrado en contacto con importantísimos nombres del panorama cultural.  Ya no soy solo un pequeño artista salido del mundo surrealista. Me he vuelto la persona más extravagante y genial que ha existido en este mundo. Y solo espero ser recordado así por siempre.   

Laura Muñoz. 2º ESO

Deja un comentario