En Portada
Comment 1

Callejero histórico: La Calle de la Cabeza

Esta calle situada en el barrio de Lavapiés tiene una macabra historia detrás, basada en una leyenda que sucedió a finales del siglo XVI. Cuenta con una placa hecha de azulejos en la que aparece una representación de la siniestra escena que se dio en ella.

El protagonista de esta historia es un hombre que años atrás había sido el criado de un adinerado sacerdote. El criado, harto de envidia, planeó el asesinato de su amo. Una noche, mientras el sacerdote dormía, le cortó la cabeza de un tajo separándola completamente de su cuerpo. Después se llevó todas las pertenencias del sacerdote con valor alguno y huyó a Portugal. 

Sin embargo, al cabo de unos años tuvo que volver a Madrid a resolver algunos asuntos  suponiendo que el crimen habría quedado en el olvido. Ese día había rastro y al hombre se le antojó una cabeza de cordero para la cena. Decidió, pues, ir a comprarla. Una vez que la había adquirido se la metió debajo de su capa y emprendió el camino de vuelta a casa. Se adentró en la calle en la cual vivía. De lo que no se había percatado el hombre era de que había ido dejando un rastro de sangre por donde pasaba. Un oficial se acercó a él y le pidió que le mostrase lo que llevaba debajo de su capa. Él, despreocupado, sacó la cabeza y observó atónito que la cabeza de cordero se había convertido en la cabeza degollada del sacerdote que había asesinado años atrás. Ante semejantes pruebas, al hombre no le quedó otra que admitir su culpabilidad. 

Fue encerrado en la primera cárcel de Madrid, la cárcel de la Villa, en la calle Mayor, en ese momento calle Platerías, a la espera de su condena de muerte. Finalmente, días después fue ejecutado públicamente en la Plaza Mayor ante todos los vecinos y enterrado posteriormente en la iglesia de San Miguel de los Octoes, donde se encuentra actualmente el mercado de San Miguel. 

La leyenda dice que una vez que se cumplió la sentencia y el asesino fue ejecutado, la cabeza del clérigo volvió a ser de cordero. También se dice que si cruzas La Calle de la Cabeza tras hacer la compra todos tus pecados serán revelados. 

Para homenajear este crimen y al sacerdote que fue la víctima del mismo, el rey Felipe III mandó construir una cabeza de piedra idéntica a la del sacerdote en la entrada de la casa en la que residió antaño. No obstante, los vecinos solicitaron que esta se quitase. Decían que les daba miedo. Para sustituirla, colocaron una placa en la cual aparecían tanto la cabeza del cordero como la del sacerdote. Algunas leyendas dicen que la cabeza era de cordero, pero muchas otras dicen que era de carnero.

Eva Gutiérrez Romero. 2º ESO

1 comentario

Deja un comentario