He tenido que llegar a bachillerato para darme cuenta de la gran rivalidad que hay entre los llamados científicos y los que se decantan más por estudiar humanidades (Ietras, arte, ‘’belleza’’…)
Permítanme que discuta ya esta separación. ¿Es que acaso un alumno que estudia ciencias no puede quedarse conmovido al ver un cuadro de Goya o escribir una novela mientras escucha una canción que le transporta a otro lugar? ¿Y uno de letras no puede quedarse fascinado con la belleza de las matemáticas o escribir acerca de la medicina porque es algo que realmente le apasiona? Personalmente, no creo que haya tanta diferencia entre unos y otros.
La decisión que tomas al elegir qué vas a estudiar es complicada por el hecho de que cada elección que tomes será diferente. Pero no por ello tu forma de ser va a cambiar, y es tu forma de ser lo que condiciona si realmente te gusta el arte y ya está, o lo que prefieres es pasar el resto de tu vida en un laboratorio.
Volviendo a lo de antes, he de decir que esta separación me fascina, y no para bien. Con esta tontería, que para algunos no significará nada, hemos llegado a crear formas de ridiculizarnos unos con otros. Y es que, ¿quién no ha escuchado el apodo de ‘letrasados’? Muchas veces se dice por el simple hecho de hacer una gracia, pero por qué o con qué intención lo hacemos.
Ya que hablamos de los ‘letrasados’ mencionaré primero a los causantes de esto. Aquellos que, en su mayoría, se creen más inteligentes o piensan que todo lo que ellos están estudiando es 1.000.000.000.000 veces más difícil que lo que estudian los de ciencias sociales. Para empezar, quien estudia ciencias, no estudia letras. «Lógico», diréis. Pero es que eso es fundamental, porque alguien que no ha estado haciendo algo no lo puede calificar de ninguna manera, ni decir que es más fácil ni más difícil.
Por otra parte, están los de letras, a quienes tampoco defiendo. Intentan hacernos creer que los de ciencias, y me incluyo a mí, somos los que negamos la belleza del arte, los que basamos todo en lo analítico y nos olvidamos del significado de las cosas. Con respecto a esto solo pondré un ejemplo muy sencillo, las matemáticas. El principio de cualquier ciencia y el principio de cualquier cosa son las matemáticas. El principio del arte, bajo mi punto de vista, también lo es.
Yo, como he dicho antes, soy alumna de la rama de ciencias, en concreto ciencias tecnológicas y mi intención es acabar como periodista. Menuda futura periodista que ‘niega la belleza del arte’ ¿Acaso existe realmente una separación necesaria que nos condicione lo que somos o cómo somos?
No sé si los de letras serán letrasados o seremos nosotros los únicos retrasados que hay, pero lo que sí puedo decir con certeza es que la educación y las profesiones no son una cuestión de rivalidad ni de separación, sólo lo son de vocación.
The Peseta Street Journal 