Sociedad
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La revolución del velo en Irán

Imagina que cada vez que salgas a la calle tienes que comprobar que llevas puesto el velo de manera adecuada, cubriendo todo el pelo. Imagina que personas cercanas a ti te van a analizar por tu cuerpo y vestimenta, lleves lo que lleves. Imagina que, en cualquier momento, agentes del Estado te van a realizar  “controles de moralidad” , para ver si cumples el código indumentario establecido por el gobierno. Imagina que no puedes superar el control y te detienen, encarcelan e incluso torturan. 

Por muy horrible que parezca, actualmente las mujeres iraníes están viviendo estas situaciones día tras día. Desde que se produjo la revolución islámica, liderada por el ayatolá Jomeiní, el uso del hiyab se ha vuelto imperativo sin excepciones en la nación. 

A lo largo de los últimos años se ha popularizado cada vez más un movimiento de rechazo a las leyes del velo obligatorio, que ha llevado a un gran número de mujeres iraníes a desafiar a las autoridades y al propio gobierno. Para poder frenar estos actos revolucionarios, las autoridades iraníes han actuado mediante una dura campaña de represión, en la que torturan, azotan e incluso encarcelan a los manifestantes por defender los derechos de las mujeres. Todas estas injustas medidas son una normativa extrema de discriminación. Además, violan un gran número de derechos humanos, entre los que destacan la igualdad, la intimidad y la libertad de expresión y de creencias. Asimismo,  la imposición obligatoria del hiyab dictada por el gobierno degrada a las mujeres y a las niñas, privándolas de sus derechos y autoestima. 

No obstante, los líderes de otros países, en los que el islam también es ley, afirman que el Corán no es claro sobre la obligación de la mujer de cubrirse la cabeza, y menos aún el rostro. Y promueven políticas en las que es la propia mujer musulmana la que decide si debe cubrirse o no. 

Sin embargo, los gobernadores de Irán piensan que la obligatoriedad del velo es indispensable para garantizar la seguridad de la sociedad. Además, según su criterio, apoyan que es una necesidad religiosa de las mujeres iraníes para mantener una vida “casta”.

Gil Guerrero, investigador del Instituto de Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra, explica que este endurecimiento de las leyes islámicas puede deberse a la incertidumbre por el futuro cambio de gobierno. También afirma que hay un posible miedo en la sociedad porque se expanda el espíritu revolucionario y que las leyes islámicas se relajen con el paso del tiempo.

Desde mi punto de vista, todas las mujeres deberían tener derecho a la libertad de elección, es decir, que deberían poder elegir qué llevar sin temor a ser juzgadas, agredidas o encarceladas. También pienso que los gobiernos no deberían imponer leyes que limiten los derechos fundamentales de las personas y de libertad religiosa. 

Las mujeres iraníes no pueden continuar saliendo a la calle con el miedo de no poder volver.

Laura Muñoz – 2º ESO

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