Deportes

Padres entrenadores.

¿Qué es el fútbol?

Para mí el fútbol es mucho más que un deporte o un hobbie. Es un estilo de vida, diversión, disciplina, buenos ratos, compañerismo y felicidad. Pero hoy no voy a hablar del fútbol, ni mucho menos, vengo a hablar de esas personas que intentan destruir la magia de este deporte.

Sí, estoy hablando de esos padres que se creen o sienten ser entrenadores de su propio hijo. Esos padres que piensan que su hijo llegará a ser una estrella, y que les da igual hacer lo que sea para conseguirlo.

Llevo practicando este deporte desde los 6 años, y les aseguro que he visto numerosos casos de “Padres entrenadores”. Los que agobian al pobre niño, los que le presionan, los que se enfadan con él por el simple hecho de no haber marcado un gol o no haber hecho un buen partido, los que pasan a utilizar insultos y a menospreciar al niño…

He llegado a escuchar frases tan desagradables por parte de este tipo de padres como por ejemplo:”Rompele las piernas”. Sin duda, nunca se me olvidará la imagen de aquel padre insistiendo a su hijo que le rompiera las piernas a otro jugador.

Si usted es uno de estos padres, debería replantearse seriamente ciertas cosas. La primera y la más importante, si de verdad considera que está siendo un ejemplo a seguir para su hijo. La segunda, si cree que su hijo es feliz viendo a su padre actuar de esa forma, y por último le invito a reflexionar sobre si merece la pena perder los papeles de semejante manera y si de verdad cree que su hijo llegará a ser esa estrella.

No soy nadie para opinar sobre cómo debería de educar a su hijo, ni mucho menos. Lo que sí le puedo asegurar, es que por su culpa, se están perdiendo valores como la amistad, el compañerismo, el buen humor, o incluso la felicidad inexpresable para muchos críos cuando salen a jugar.

Estos niños están sometidos a una presión asfixiante,  pierden las ganas y el interés por el deporte y por todos los valores que he mencionado antes. Aparecen en ellos otros sentimientos o valores negativos que son precisamente los que se pretenden eliminar practicando deportes de equipo. Como pueden ser la angustia, la competitividad insana, la envidia e incluso el odio.

No hay nada que me apene más que ver a un niño en estas condiciones. Lo peor de todo es que en la mayoría de los casos, los propios padres no son conscientes del sufrimiento y daño que están causando a su hijo.

Nada me gustaría más que desaparecieran este tipo de personas en el mundo del deporte y especialmente en el del fútbol.

Aprendan a empatizar con ese niño y a pensar en que le haría feliz, y no en qué le va a hacer feliz a usted. Su frustración por no haber llegado a ser un futbolista profesional millonario no se la transmita a su hijo. Y pase del tópico de “Yo no llegué a nada pero mi hijo sí lo hará.”