Cultura

Jóvenes en verso.

La poesía puede ser un arte, una forma de vida, la letra de una canción…, pero es, por encima de todo, una forma de expresar sentimientos, y especialmente un lugar donde disfrazar los pensamientos, críticas, miedos e inquietudes a través de la belleza de las palabras y los versos, en la mayoría de los casos sin miedo a ser juzgados por expresar nuestras opiniones, independientemente de la clase u origen de las mismas.

Los griegos entendían la poesía como un medio para educar a la sociedad, formando y mejorando las costumbres de los ciudadanos. En la actualidad, el disfrute de la poesía no es algo que a los jóvenes les guste admitir, aunque también es verdad, que esta, está constantemente presente en nuestras vidas y, aun indirectamente, nos beneficia en muchos sentidos. Por ejemplo, es utilizada por los psicólogos como terapia, ya que puede ser una forma de comunicación con uno mismo y, de alguna manera, permite reflexionar y tomar conciencia de cuáles son tus sentimientos.

La forma en la que estamos más acostumbrados a ver la poesía, o más bien a escucharla, son las canciones. Estamos oyéndolas constantemente (en los móviles, anuncios, programas de radio…), pero, quizá, no nos paramos a pensar que una vez la letra de esa canción, que nos gusta tanto, fue un poema que alguien escribió a un amor perdido, a un amor encontrado o simplemente reflexionando sobre temas tan cotidianos como la economía de un país, su familia, la vida o la muerte…

Gusto poético de los jóvenes_sectores

Gusto poético de los jóvenes

Encuesta realizada en un IES de Madrid capital durante el segundo trimestre de 2015.

La adolescencia es un etapa de cambios en la que podemos sentirnos distintos, y sentir cosas que no habíamos experimentado hasta ahora. En mi opinión, la poesía, especialmente la escrita por y para los jóvenes, es muy importante, ya que hace que te des cuenta de que no eres el primero ni el último que se ha sentido así. Para informarnos más a fondo sobre la poesía y los jóvenes, hemos tenido el placer de poder entrevistar a María García Zambrano, poetisa, profesora de instituto y madre.

 

¿A qué edad se le presentó la necesidad de escribir poesía?

Muy bien lo has dicho, necesidad. Desde bien jovencita, yo creo que sobre los catorce o quince años. Mis profesores de literatura me enseñaron y me ofrecieron muy buena poesía, y a partir de ahí sentí que esos poemas que expresaban sentimientos tenían que ver con mi vida, y que yo también podía expresarme y de alguna manera “desahogarme” a través de la poesía y de la escritura.

¿El haber estudiado en el extranjero le ha proporcionado experiencias que no podría haber obtenido en España?

La verdad es que sí, porque, he tenido mucha suerte, he estudiado materias que quizá no hubiesen sido lo mismo si las hubiera cursado aquí. Por ejemplo, en París estudié literatura francesa con especialistas, y literatura argentina en Buenos Aires. Y aprendí mucho, no porque las universidades extranjeras sean mejores sino porque son materias muy específicas. Pero sobre todo destacaría que creo que es importante salir al extranjero porque te abres a una sociedad que no es la tuya y aprendes a vivir solo, y eso de algún modo te hace madurar. En Latinoamérica, donde he estado dos veces, conoces otras realidades que son muy diferentes a las nuestras. Además, te aporta unas vivencias que a mí me marcaron de muchas formas, así que yo siempre animo a los estudiantes a coger becas y a que se vayan fuera a estudiar.

¿Estas experiencias le han repercutido a la hora de escribir de alguna forma?

Sí, muchísimo. Te voy a contar una anécdota: yo me fui a París a seguir mis cursos de doctorado en literatura y cuando estaba allí, leyendo poesía tan buena, decidí que iba dejar de escribir, y así fue, durante seis meses no escribí ni un verso. Hice cursos sobre los poetas de la más alta calidad, entonces pensé ¿qué voy a aportar yo a la historia de la literatura? Así que fíjate si me influyó positivamente (porque me dediqué a leer intensamente). Por otro lado cuando estuve en Latinoamérica pude conocer a autores que me inspiraron, de hecho mi razón para ir a Buenos Aires fue seguir la pista a Alejandra Pizarnik. Te vas fuera buscando algo y las distintas estéticas que encuentras te enriquecen a la hora de crear.

¿Cree que hay un antes y un después en su poesía?

Después del viaje americano creo que sí, que hubo un antes y un después. Los ritmos por ejemplo, los latinoamericanos tienen un ritmo natural que es increíble. Y sobre todo me marcó Buenos Aires, como viven allí la literatura y el arte… Allí encuentras librerías abiertas toda la noche, miles de talleres literarios, etc. Sí que me marcó, porque maduras y cambias tu forma de escribir.

¿Qué o quién es la inspiración para sus poemas y todo lo que usted hace?

Yo tuve la suerte de entrar en un taller literario desde el primer año de universidad, con un poeta argentino, Ángel Leiva, y él nos traía literatura argentina, francesa…Y ahí conocí a la autora que “me dio la vuelta”, Alejandra Pizarnik, porque es una autora que además a los jóvenes nos llegaba mucho, por lo que expresa, por la profundidad de su experiencia vital, entonces Pizarnik fue mi guía durante muchos años.

Conviviendo usted diariamente con jóvenes de distintas edades, ¿Cree que sienten atracción hacia el mundo poético?

Creo que sí pero ellos no lo saben. Me explico, los jóvenes están escuchando música todo el tiempo, están tarareando canciones, y las canciones son lírica, es decir, una canción que aprendes, la cantas, la coreas, además tiene que ver con lo que tú sientes, eres el protagonista de esa canción, eso es la poesía. Lo que sucede es que los planes de estudios de repente te incluyen a un Garcilaso a los quince años que, aparentemente, no tiene nada que ver contigo…entonces los jóvenes se apartan. Pero no hay más que ver lo que sucede en Primaria con los niños. A ellos les encanta escribir poesía, están todo el tiempo cantando, además se la aprenden de memoria, etc. Luego hay algo que tiene que ver con la adolescencia y es el alejarse de la expresión de los sentimientos, y la poesía es eso.

¿Cuál cree que es la mejor manera de fomentar la poesía en la adolescencia?

A veces es difícil porque lo profesores estamos atados a un programa. Yo intento llevar poemas a clase, o discursos poéticos que tengan que ver con el día a día de estos chicos, (aunque la buena poesía siempre tiene que ver porque son temas universales…), con un lenguaje que les sea más cercano, con poetas jóvenes que hablan de la crisis… Pero el programa nos obliga a dar determinados contenidos y el tiempo para otras cosas es muy escaso, y hay profesores que quizá no lo hacen porque no saben cómo hacerlo…

¿Qué beneficios cree que puede aportar la poesía a los jóvenes?

Yo estoy convencida de que el arte es terapéutico, es una vía de expresión que cura. Muchas veces uno no sabe qué pasa por dentro, no sabe qué siente, y a través de la creación artística eso se da a conocer. Cuando escribes nombras eso que no sabes qué es y, lo haces de alguna forma real…. La juventud es una etapa en la que a veces se vive con mucha intensidad y con mucha dificultad, es una etapa en la que parece que nadie te comprende, estás en contra del mundo, y es verdad, porque el mundo te trata como si fueras igual pero estás cambiando, estás transformándote, entonces el arte te permite canalizar esa inquietud, y cuando uno lo hace se siente muy bien, porque crear, como he dicho, es sanador…

¿Qué opina de la poesía como medio crítico socio-político?

La palabra tiene mucho poder, el nombrar las realidades puede hacer que esas realidades de alguna manera se transformen, porque haces conscientes a los demás de lo que sucede. Yo creo que la poesía, el arte, tiene un compromiso con el contexto histórico en el que se crea. Yo he participado en varias antologías de “poesía social”, en una de ellas se denuncia la violencia de hombres contra mujeres, y ahí hay mucha crítica. Y yo no sé si puedo cambiar el mundo directamente, pero sí que puedo, junto con otros y otras, alzar la voz y criticar lo que no me gusta. Además, escribir poesía también es una manera de posicionarse en el mundo…

¿Con cuales de tus poemas o poemarios te sientes más identificada?

A finales de mayo va a salir mi tercer poemario, que se llama “La Hija”, y que es la historia de mi maternidad… Esto es lo que tengo más cerca, y con lo que estoy más contenta… Pero cada libro pertenece a una etapa de la vida y son importantes. El primero lo escribí más joven y hay mucha poesía social; el segundo “Menos Miedo”, que tardé mucho tiempo en escribir, tiene poemas con los que me siento muy identificada, por ejemplo hay uno dedicado a mi madre del que me siento muy orgullosa, y además fue un libro premiado dos veces… Y este último, “La hija”, es mi historia de ahora, y espero con ilusión la acogida de los lectores…